domingo, 4 de marzo de 2012

LOS NIÑOS DEL REINO

Es admirable la naturalidad con que parecieran vivir los niños, no se preocupan sino que aprenden a disfrutar con lo mucho o poco que tienen, confían en las promesas que se les entregan y esperan con plena seguridad hasta su cumplimiento. Si entendiéramos la manera en que Dios ve a los niños nos dedicaríamos a imitarlos en muchas cosas.
Lucas 18:17 dice “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
Hoy intentaremos mostrarte como un niño asume el reino de Dios y como vive su día a día confiando en su más grande héroe: Su Padre.
1. CON UNA FE TAN RACIONAL COMO LA DE UN NIÑO
A medida que pasan los años y llegamos a adultos, tendemos a volvernos más cautelosos. Quizá esté bien para conducir un automóvil o para gastar dinero, pero entorpece nuestra relación con Dios.
Cuando crecemos creemos estar muy ocupados con nuestros problemas como para confiar en Dios pero la fe como la de un niño se centra en nuestro Padre celestial y no en nuestros temores.
Un niño puede tener temor de lanzarse al agua pero su confianza en su padre, quien le recibirá cuando salte es mayor que su temor… Al crecer todo parece cambiar de orden y confiamos más en lo que nuestros temores nos indican que en quien nos está por recibir.
Atrévete a volver tu mirada al Padre y vive en el Reino como un niño, no permitas que tu fe se centre en tus temores… Que tu fe se centre en nuestro Padre que todo lo puede.
2. SALTANDO A SUS BRAZOS 
El gran equilibrista habí­a tendido una cuerda desde un borde al otro de un acantilado. El se aprestaba a hacer su demostración y la multitud, situada abajo, esperaba ansiosa. -¿Creen que puedo cruzar al otro lado caminando por la cuerda?- preguntó el artista. -¡Sí­!- contestó la multitud.
Y allá fue el hombre llegando a la orilla opuesta en medio de los aplausos y el bullicio. -¿Creen que puedo cruzar al otro lado llevando una carretilla?- -¡Sí­!- se escuchó nuevamente.
-Ahora: ¿Creen que puedo cruzar llevando una persona en la carretilla?- preguntó. -¡Sí­! nuevamente fue la respuesta.
Entonces el artista dijo: -¿Quién es voluntario para subir a la carretilla?
Se hizo un silencio total. Todos se estremecieron. Todos temieron. Todos creí­an siempre y cuando no estuviera en juego su seguridad personal. En realidad no creí­an. No confiaban en él. Entonces, de la multitud surgió un niño, que rápidamente corrió y subió a la carretilla. Ambos el equilibrista y el niño llegaron sin demora al otro lado, corriendo por la cuerda. Ese niño era el hijo del artista, que confiaba con todo su corazón en su papá.
Cuando a un niño le entregan una promesa el salta en busca de lo que le pertenece y es hora de que nosotros nos atrevamos a saltar en conquista de aquello que Dios nos ha prometido porque si fue Él quien te lo ha entregado será Él quien salta contigo en la travesía por alcanzar tus sueños.
Un niño pequeño salta a los brazos de su padre sin avisar porque sabe que en cuanto salte los brazos de su padre se extienden para atraparle… Deja de pensarlo tanto y salta al cumplimiento de tu propósito porque las manos que te sostienen son las de Dios.
3. TAN AFERRADO COMO UN NIÑO 
Mateo 18:4 dice “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos”
Cuando te humillas asumes una posición en la que tu ya no tienes el control… Cuando te humillas delante de Dios estás diciendo: Señor yo no sé cómo hacerlo, no puedo, así que hazlo tu porque eres mayor que yo y tu si sabes y puedes.
Un niño pequeño no sabe cómo ni cuándo cruzar una calle llena de autos así que a la hora de pasarla se aferra fuertemente de la mano de su Padre que conoce como hacerlo… Reconoce tu incapacidad delante de Dios para gobernar tu vida porque tu conocimiento y habilidad es limitada, y hoy aférrate fuertemente de su mano para que te direccione.
Cuando Jesús nos pide que recibamos el reino de Dios como un niño nos está pidiendo que depositemos toda nuestra fe y confianza en nuestro Padre y nos está invitando a que saltemos y nos aventuremos en la búsqueda de nuestros sueños confiando en la mano que nos direcciona.


No hay comentarios:

Publicar un comentario